Las empresas que gestionan intervenciones móviles buscan siempre la productividad y la eficacia.
El mantenimiento, la reparación, las obras, la entrega, los servicios a domicilio, el seguimiento de las obras, la gestión de equipos que trabajan fuera de la oficina, cada uno con una tarea específica que debe realizarse en un lugar concreto, a menudo con mucha información que debe introducirse in situ, requiere mucho seguimiento y la capacidad de estar en contacto permanente.
Sin embargo, muchas empresas siguen pidiendo a los equipos móviles que rellenen formularios en papel.
O utilizar las redes sociales, y otras aplicaciones inapropiadas.
Aunque esto puede "hacer el truco" y permitir la transmisión de la información, la empresa pierde mucha productividad con estos parches.
Además de los riesgos de retraso, pérdida de información, malentendidos o mala coordinación, se pierde mucho tiempo y energía en la realización de todas estas tareas administrativas. Preparar documentos, imprimirlos, rellenar formularios, redactar un informe, etc.
Por no hablar del riesgo de pérdida de estos documentos, la doble entrada, el riesgo de errores en la transcripción y el tiempo que necesita el gestor para revisarlos y validarlos.
Además, la información no está centralizada y no está digitalizada.
Como en cualquier sector, los datos son extremadamente importantes. Es decir, es crucial poder consultar las intervenciones y su historial en cualquier momento.
Dicho esto, sigue dudando en desmaterializar sus operaciones....
Disponer de una aplicación especializada y dedicada le permite planificar sus operaciones de intervención con antelación. Asignando una tarea en una fecha y hora concretas al empleado en cuestión.
Esto permite a todos tener una idea clara de cómo van las visitas, y también planificar en tiempo real los imprevistos o peticiones diarias según la disponibilidad de cada ponente.
La aplicación móvil, a diferencia de las soluciones en papel, permite hacer un seguimiento de cada intervención y mantener un historial de accesos y modificaciones.
Lo ideal es que una buena aplicación móvil funcione también sin conexión, y que permita la lectura de la planificación, el acceso a los planos y a la información existente (dirección, nombre, inventario antes de la intervención), además de la introducción de cualquier tipo de dato adaptado al trabajo (fecha, texto, estado, medidas), la toma de fotos, la lectura del código de barras / código QR y la firma por parte del cliente directamente en el terminal móvil, tablet o smartphone.
La aplicación registra los datos en orden cronológico, vinculándolos a cada intervención. Esto permite al gestor disponer de informes en tiempo real sobre el progreso de las operaciones, por un lado, pero también poder consultar el historial de intervenciones en caso de conflicto o confusión, por otro.
Al liberar al empleado de la carga de las operaciones administrativas, puede invertir más tiempo y energía en su actividad principal, en lugar de tener su atención dispersa en tareas que no son necesariamente prioritarias.
La aplicación móvil también ofrece la posibilidad de comunicarse en tiempo real, lo que hace más fluida la transmisión de información y evita confusiones sobre el trabajo requerido.
En efecto, el colaborador puede tener en cuenta en tiempo real cualquier imprevisto, e informar sobre la marcha de su trabajo, sin pasar por varias aplicaciones.
Así, la desmaterialización sólo puede ser ventajosa. ¿A qué espera entonces?